Sabía que la travesía tiene fama de ser una carrera dura, es cosa de ver su desnivel para saber que tiene más D+ del normal para las carreras de esa distancia. Por esto junto con mi hermano nos preparamos practicando la subida, en Alto Las Vizcachas y El Carbón, haciendo hasta 3 seguidos por salida. También, probamos todo lo que íbamos a comer ese día, hasta nos levantamos antes los fines de semanas para probar el desayuno que tomaríamos ese día.
Por mucho que tratamos de ante ponernos a lo que podía pasar ese día, el cerro siempre tiene guardado algo especial. Y eso no lo supe hasta haber salido del primer abastecimiento, kilómetro 14 aproximadamente.
Al salir del abastecimiento bajábamos por un camino vehicular, y al poco andar había que tomar un sendero a la derecha. Bueno, yo al igual que muchos, no me percate del sendero y seguí de largo hasta toparme con Rene Castel que venía subiendo por este camino, ya que él se había pasado por más aún. En lo que íbamos de vuelta hasta encontrar el sendero correcto, se nos unieron 2 o 3 más que también habían pasado de largo, entre esos estaba mi hermano Santiago.
Trate de apurar un poco para recuperar los lugares perdidos, pero al poco andar descubrí que ya no estaba concentrado y focalizado, por eso opte por esperar a mi hermano y decirle que sacáramos juntos el día adelante. Esta fue la mejor decisión que puede haber tomado en el día.
Luego de salir del segundo abastecimiento, donde llevábamos 21 kilómetros en un poco más de 3 horas me empezó a doler la guata, sentía las piernas muy adoloridas y heladas. De aquí en adelante ir con Santiago se volvió clave, el tiraba las subidas para que no perdiéramos tanto tiempo, pero igual le tuve que pedir que nos sentáramos 5 minutos. Nunca me había pasado que me sintiera tan mal en el cerro, y no sé porque fue, ya que comí lo mismo que había comido en todos los entrenamientos de los últimos dos meses.
En resumen, lo que habíamos planeado y entrenado para tratar de estar cerca de los 10 primero lugares del día, termino siendo una pelea con mi cabeza por sacar el día adelante a pesar de los dolores y el calor que se hizo sentir entre el segundo y tercer abastecimiento. Claramente es más fácil sacar un mal día adelante cuando estas acompañado de tu compañero de entrenamiento.
Finalmente cruzamos la meta en algo mas de 6 horas, bastante alejados de lo que esperábamos para ese día.
Tema aparte, es el punto donde muchos nos perdimos porque estábamos advertidos, Pablo Garrido menciono este cruce en la charla antes de largar. Y personalmente cuando me perdí iba concentrado en pillar al que fuera adelante más que en ir mirando si había cintas o no.
Mi primera sensación al cruzar la meta fue “no vuelvo el próximo año”, ahora que ya pasaron los días y se pasó el mal rato estoy seguro que volveré el próximo año para ir por mi revancha.
Información del día
Que grande Margozzini!!! SIEMPRE dando ejemplo de humildad, compañerismo y aguante. Tremendo! proximo año el top ten es tuyo!!!!!!!