Había quedado de acuerdo junto a Max de ir a correr cerca de los cerros que rodean la ciudad de Iquique. Creo que eran cerca de las 8 de la mañana y partimos el trote, pasamos a buscar a Diego a unas cuadras de la casa de Max para tomar dirección hacia el cerro. Llegamos a la Rotonda El Pampino y desde aquí comenzamos a subir sin parar, por la misma ruta donde la gente hace procesión. Llegamos a un camino de autos, a la misma altura del ex reloj del Cerro Esmeralda, y caminamos en dirección norte hasta llegar a una suerte de mina abandonada, aquí es donde comienza la aventura.
El desierto es duro y puede ser muy duro si elegimos bien la ruta. Aquí el foto relato de esta salida y un video que resume esa mañana por los cerros de Iquique
Luego de una breve charla técnica la idea era simple: Subir, no caer y tener cuidado con las rocas que caían.
Así que el primero en subir fue Diego. De a poco veíamos que se alejaba y cómo iban cayendo aquellas rocas que quedaban más sueltas. La ruta se ponía casa vez más intensa y empinada y a ratos encontrábamos algunos lugares donde descansar.
Después de Diego, siguemos Max y yo. Esta vez cada uno dejaba pasar al otro e íbamos avanzando de a poco para elegir una buena ruta.
Bajo nuestros pies y a nuestra espalda, siempre podíamos ver la ciudad de Iquique.
Siempre hacia arriba, el objetivo era la antena.
Una vez alcanzada la antena, no quedaba más que cambiar las piernas por esas que te hacen correr y comenzamos a correr por un double track.
La foto grupal de rigor, para inmortalizar el día. Antes de esta foto y luego, lo único que quedaban eran subidas y bajadas de dunas, tierra y piedras.
De aquí en adelante todo era bajada para llegar de vuelta a Iquique.
Al fondo, Alto Hospicio y parte de la ruta que nos quedaba para volver a la ciudad.
Que buenas tomas y relato, la primera parte se ve compleja muy empinado y roca suelta pero dp es el paraíso.