Después de meses que no pisaba una línea de salida, decidí probar suerte en uno de los circuito más bellos (creo no equivocarme) de Santiago, Aguas de Ramón, pero esta vez corriendo de noche.
Recuerdo conversaciones con amigos donde soñábamos con ver gente correr, en modo competencia, en este sendero. Finalmente fuimos partícipes de esto.
Sábado 5 de julio por la tarde y ya se veían caras de nerviosismo entre los corredores. El frío hacia más larga la espera, las manos heladas buscaban abrigo, mientras otros preocupados por la salida, decidían calentar el cuerpo con trotes y piques cortos cerca de la meta.
A las 19:00, comienza la carrera, los primeros corredores buscaban salir rápidamente para no quedar atrapados en los senderos. 1.5km a un ritmo medio-alto que rápidamente separó a los corredores. Llegamos al final del camino y comenzaba la primera subida. Como es de costumbre, no hago esfuerzos por ponerme a correr y prefiero hacer un power hiking. En eso veo a Claudio Davico y me quedo tras él. Siempre me ha impresionado como corre, es un fenómeno, muy sólido y fuerte veía como intentaba correr cada falso plano y plano que veía. En algunos momentos lo vi complicarse con el terreno, se veía incómodo en algunos momentos pero no aflojaba, ahí veía como se alejaba un poco y luego volvía a alcanzarlo. Después de 2 km y claramente incómodo, a uno 15 metros delante mio veo como tropieza con una piedra y se cae, le grito si estaba bien y rápidamente se levanta, corre y me dice que está ok. Seguimos corriendo sin mayor problema.
Llegando al km 3 decido adelantar a un grupo de 3-4 corredores, entre ellos Claudio sabiendo que por delante viene el primer switchback de subida. Comienzo a subir, me encuentro con el Ale de Route (nuevamente), saco un gel y con las manos en las rodillas comienzo a avanzar. Casi al llegar al punto más alto me detengo, mira hacia abajo de veo una hilera de luces. Un espectáculo increíble. Tomo unas fotos y se acaba el recreo. Al llegar al punto más alto de esta sección adelanto a Marcelo (RD de Andes infernal) y comienzo a bajar hacia el cruce de agua junto a él. Cruzo sin mayor problema y a seguir.
Segunda y última subida y la más larga de todas, que nos llevaría hasta el falso plano antes de la cascada. Siempre me ha costado. No abandono mi paso firme y sigo avanzando. Marcelo, especialista en falsos planos me adelanta y yo sigo con mi paso de caminata, intentando mantener las pulsaciones a raya avanzando lo más que pueda. Marcelo se aleja unos metros y entrando al último switchback Aparece Jaimito “Ave Fenix” Hume que con paso corto y estable sube con sus pies “descalzos” entre piedras y tierra. Lo sigo, sin correr y en los falsos plano se aleja, un segundo más tarde le digo: “Marcelo va adelante, cácelo!”- y así fue. Vi como se alejaban lentamente. Me detengo un momento, miro a mi izquierda y veo Santiago a lo lejos y abajo una serpiente de luces avanzando.
Entrando al falso plano, me alcanza Carlos, y me pregunta si he visto a Felipe:
-No lo he visto- digo
-Debe ir más adelante, me dice.
-No lo sé
-Lo voy a pillar en la bajada.
Me río.
Y asi nos fuimos conversando en el falso plano, mientras pasabamos a 3 corredores, alcanzamos el cruce de agua en la quebrada, llegamos al plano, apuramos el paso y cruzamos para comenzar la bajada. Aqui se escribe otra historia.
Comencé a empujar para gastar los cuadriceps al máximo, el camino serpenteaba constantemente y Carlos me seguía, creo que decíamos algunas cosas, tomo mal un cruce y fallo por 2 metros al sendero, quedo sobre una piedras y grito a Carlos: PERMISO!. Me dice – Me ha sucedido varias veces. Comentabamos un par de cosas y el ritmo era alto pero podíamos conversar. Queríamos dar caza a Felipe.
Me tuerzo el pie, el susto fue mayor al dolor. Carlos me ve y me pregunta si estoy bien. Le digo – si, fue mayor el susto pero duele. No voy a arriesgar más- y me pasa. Carlos comienza empujar y yo lo sigo. En la subida se queda y lo empujo para que siga avanzando – Empuja! – fue lo que le dije. Luego de eso no lo vi más.
Sigo bajando solo, Paso a un corredor mi diafragma se contrae y no puedo respirar largo. Pierdo velocidad y trato de avanzar estirando las piernas en cada bajada, con zancadas largas. Veo a Juan Puebla con su cámara, metros más adelante veo al Fósforo y lo saludo. Sigo bajando y me pasa un corredor, pero no podía empujar la bajada debido al diafragma. Llego al ultimo tramo, me alcanza Pato Pinto me grita – Buena Mati! -, le toman una foto y el flash me desconcentra, tropiezo y quedo ahí, esta vez si que duele. Me detengo 3 segundos y chao!, a correr. Me pasa otro corredor, último kilómetro, cruzo el puente de fierro y a correr camino abajo. Finalmente cruzo la meta, feliz, en 1h57m.
Un excelente cierre para un día. Una excelente carrera.
Carlos pilló a Felipe y llegaron juntos a meta, no es competencia, es disfrutar.
El Ave Fenix, dio caza a Marcelo pero no se si lo pasó o no.
Marcelo, nunca supo que íbamos corriendo juntos en un tramo.
Claudio Davico se cayó dos veces pero aun así llego con 2h00m. Tal cual, cero, cero. Sigo impresionado.
Impresionante y descriptivo relato Mati, la.verdad fue una experiencia única estar en una competencia full noche, es análogo a los.entrenos.mañaneros sin luz y con frío , yo también disfrute a concho esta carrera, saludos Trail chile
Buena Mati!!!! Buen relato del minuto a minuto, se siente la carrera a los que no fuimos! Un beso y a cuidarse ese karma de tobillo!