“Pura Vida” fue literalmente lo primero que escuche cuando salí del aeropuerto en San Jose de Costa Rica. Aparentemente, esta es la manera que tienen de saludar ‘los Ticos’ y también, la manera que tienen de responder básicamente ante cualquier pregunta. Un país que tenga esa frase como emblema no debe ser nada menos que interesante pensé…
Sábado 30 de Mayo y a las 5:29 de la mañana empiezo a escuchar la cuenta regresiva de la largada de los 80K…sentado en el baño de mi habitación. PÁNICO. Termino lo que estaba haciendo y salgo volando, tomando mi mochila en el camino y tratando de colocármela mientras sprinteaba como un campeón. Fue realmente bizarro contemplar como los más de 100 participantes se lanzaban -con sus sonrisas en las caras- a correr por el Parque “Rincón de la Vieja”. Luego de ingeniármelas para saltarme las bayas de seguridad que tenían cercado el perímetro, largo con más cara de nervio que otra cosa y obviamente, en último lugar. Luego de los segundos de desesperación por el cagazo que me había mandado (gracias chilenos por tenerme tan acostumbrado a partir retrasados en las carreras…) ya no podía hacer otra cosa que reír, después de todo, esta era mi primera carrera fuera de Chile y no había venido con la mentalidad de angustiarme por “pequeñeces”.
La carrera partió rápida como ya todos me habían comentado y obviamente trate de apurar un poco los primeros kilómetros para aprovechar de pasar al pelotón antes de que el camino se pusiera muy estrecho. Afortunadamente alcance a pasar 2/3 de estos antes de llegar a los senderos un poco más técnicos y recién desde ahí pude concentrarme en llevar un ritmo más cómodo y empezar a disfrutar lo que tenía delante de mis ojos.
La primera parte es bastante entretenida; con una mezcla de camino ancho, singletracks y curvas medias locas. Cerca de los 20kms yo ya estaba bien feliz corriendo por la parte ‘más fresca’ del recorrido y aprovechando de interactuar un poco con los corredores que me cruzaba. El sol ya estaba empezando a calentar cosa seria, pero todavía no se sentía mientras atravesábamos la parte más ‘selvática’ de la carrera. El paisaje era una real joya para alguien que viene de correr en Chile, mal que mal, la única bio-diversidad que nos falta en nuestro país es esta, ¿verdad?. Saliendo de este tramo, el paisaje comienza a cambiar rápidamente y una enorme “granja eólica” nos acompaña los primeros kilómetros junto con los lugareños que habían salido de sus casas para ver a estos locos que corrían por el ‘frontis’ de sus casas. Ya me habían dicho que durante estos 80k me iba a cruzar con casi toda la bio-diversidad posible que tenían los Ticos (quizás falto la de “más montaña”, pero de seguro que todo el resto estaban) y la verdad es que si; en menos de 40 kilómetros ya había visto toda la variedad que uno podría esperar. Llegando a uno de los abastecimientos, me encuentro con un local que me reconoce ‘como el chileno que vino a correr’ y me avisa que ya debemos estar en el top10. Le agradezco la info mientras me como mis pedazos de sandía y salgo del puesto antes que él, en lo que sería prácticamente, mi última interacción con un corredor de los 80k el resto de la carrera.
Termino la sección de camino-que-baja-muy-suavemente-y-no-termina-nunca y llego a la famosa/temida entrada a “Los Cañones”. Por primera vez comienzo a aplicar la técnica de colocar hielo en mi Vest y logro hacer la transición rápida (gracias a los diligentes voluntarios de los puestos) justo cuando venían llegando 3 corredores me meto a los famosos cañones y empiezo a pensar en cómo esta carrera es el apretón ideal para la WS100. Con la mentalidad de salir rápido de ese horno, me las ingenio para trotar casi toda esta sección (que en realidad no son más de 5 o 6kms) y a esta altura “la boca” de mi estómago me estaba ardiendo como nunca antes, pero igual me las ingenio para moverme decentemente, por lo que muchos creen, es la parte más crítica de la carrera. Sinceramente, este lugar es bien extraño y desolador, ya que tiene una mezcla de varios tipos de terreno que sumados al calor, provocan que uno quiera salir, irónicamente: corriendo de ahí.
Salí de “Los Cañones” pensando que había pasado la peor parte, pero como suele pasar en estos eventos, resulto que antes de llegar a la zona ‘sombreada’ de la carrera, tocaba volver a los bosques vía un camino ancho que, nuevamente, no proporcionaba un solo metro de sombra. Algo desmoralizado por esta sección; me armo de ganas y salgo de ahí con un trote penoso y saludando a los pocos lugareños que aparecen en el lugar. Acá me pegue mis primeros hikes cortitos del día (no más de 3min) y el calor me desmoralizaba paso a paso. Finalmente diviso un abastecimiento (habían 13 en todo el recorrido !!!) y el escenario vuelve a cambiar; vuelven los senderos entretenidos, algo de sombra (por fin !) y hasta la distracción de cruzar un puente colgante -no menor- que sirven para refrescar la mente. Para mi fortuna, en el abastecimiento del KM50, lugar donde teníamos nuestros ‘drop-bags’, estaba Nick, encargado de la serie Endurance Challenge para Latino américa y USA, y Chiqui, el hombre de TNF en América Central, que además de darme ánimo e información de cómo iba la cosa adelante, hicieron que mi transición fuera lo más eficiente y cómoda posible.
Con la info fidedigna que me había dado Nick, tenía claro que seguía descontándole a los de adelante, así que obviamente no me costó mucho comenzar a ponerle empeño en este punto. Para este entonces, además, ya llevaba unas 2 horas y media corriendo completamente solo, así que la motivación de ver a alguien me mantenía despierto. Subo una loma y me encuentro con el 1er corredor tirado del día. (Estaba con gente de la organización), No alcanzo a avanzar 1 km más cuando me vuelvo a encontrar otro corredor ‘refrescándose’ en un río con cara-de-no-querer-moverse-hasta-que-lo-sacaran-de-ahí. Ya me habían contado las historias de desmayos y gente desvanecida en el camino de versiones pasadas, pero hasta entonces no me había tocado verlo. Obviamente haber recogido dos ‘cadáveres’ en tan poco tiempo siguió aumentando mi motivación, así que cuando vuelvo a alcanzar a otro corredor desmoralizado, justo antes de llegar a un puesto, ya tengo claro que estoy en el top5 y con ganas de salir a matar lo que quedaba.
Vuelvo a encontrarme con Chiqui en el penúltimo abastecimiento (grande Chiqui: que agradable es ver una cara conocida en el camino siempre!) y me dice que el 4to está a un par de minutos; “así que era hora de empezar a ponerse serio”. A esta altura ya venía pasando a varios rezagados de los 50k y obviamente la mayoría me iba dando info (o le iba preguntando yo) del siguiente corredor de los 80k. Finalmente, 4kms antes de la meta, una corredora de 50k me avisa que acaba de pasar el de 80k y mi cara se ilumina. Me comencé a acercar lentamente al corredor y como el día anterior había hecho esta sección en una vuelta de reconocimiento, espere hasta el lugar preciso para darle el golpe final, (y bueno, unos amigos de 50k le empezaron a gritar que venía yo también jaja) y lo pasó sin darle chance alguna para que me pudiera seguir (sorry Fede!).
Por lejos, ésta ha sido la vez que más sólido he terminado una carrera y hasta a mi me sorprendió lo entero; tanto de piernas como de mente, que estaba cuando cruce la meta en 8:49. Supongo que esto es lo que hace estar entrenando/pensando para 100m. Correr 80k ahora es divertido!!
Sinceramente, no podría haber quedado más contento con el resultado [bueno quizás sí, si hubiese sabido lo cerca que tenía a Montero (el 3ro entro 3:00 antes que yo) podría haberlo dejado todo para alcanzarlo, pero bueh). Para ser una carrera con condiciones bien duras y con un nivel de corredores más que decentes, me quedo con la sensación de que hice bien las cosas y además no lo arriesgue todo antes del gran baile de la temporada. Además, aprendí dos cosas valiosas en el camino: 1) no volver a jugar con las horas de partida y 2) no abusar de las sales minerales, que al final me di cuenta que fue lo que me tuvo complicado con mi estómago en la mitad de la carrera, donde claramente abuse de estas (en total me abre tomado unos 4 sobres en menos de 5 hrs)
Finalmente: gracias a todos lo que me saludaron como “el chileno” durante la carrera y a la gente de la organización que se portó de manera excepcional con nosotros; Federico, Ligia, Juan, Tanía, Dani y muchos más, también a los demás corredores tanto locales como internacionales (Gracias Jorge Maravilla, corredor de Hoka One One y ganador del EC Costa Rica, por las S-Caps y el Buff que me diste y a Sagastume, ganador de TNFEC Chile 160k del año pasado, por la buena onda!). También a la gente de TNF Centro América y Chile que nos ayudó, a mí y a Marlene a estar allá. Quedé gratamente sorprendido con lo que hay en la zona, tanto de Costa Rica como de los países vecinos. (Según lo que me contaron). Obviamente me quedo con la sensación de que hay que volver. (Fuego y Agua quedo muy muy alta en la lista de las ‘to-do’).
Muy buen relato de ‘El Chileno’ exito Max!!