¨29 de Agosto a las 17:30, más de 2300 personas compartiendo el mismo sueño: dar la vuelta al Mont Blanc en menos de dos días: 168kms de longitud, 9600metros de desnivel positivo, 17 puestos de abastecimiento, 2000 voluntarios, viento, frío, nieve, lluvia, humedad, calor sofocante y tan solo 46 horas para realizarlo….¨
A pesar del aumento de participantes en este tipo de competencias, poco se conoce sobre el verdadero impacto que tienen sobre el cuerpo. Contados estudios han intentado explicar qué es lo que ocurre cuando el cuerpo es llevado al límite, menos aún lo han hecho con carreras que superan las 24 horas.
Durante la versión 2010 de la Ultra Trail du Mont Blanc se realizó el primer estudio para medir el daño de las ultramaratones: 34 voluntarios se inscribieron al estudio, de los cuales sólo 22 terminaron (65%, similar al porcentaje de corredores que terminan la UTMB). Edad promedio de los participantes de 40.2 años, con 9.0 +/- 4 horas de entrenamiento promedio a la semana. El estudio se basó en mediciones precarrera y postcarrera (contracciones musculares provocadas, hematocrito, etc.).
En los resultados tenemos datos esperables de un ejercicio de larga intensidad y extenuante, pero hay ciertos detalles que llaman bastante la atención. En primer lugar tenemos la performance en general: tiempo promedio en finalizar fue de 37horas con 37min (+/- 6horas). La medición de contracción muscular voluntaria disminuyó notablemente tanto para los cuádriceps como para los gemelos, en cerca de -35% para ambos músculos, logrando una rápida recuperación hasta -10% en tan solo 24 horas, volviendo al valor basal en 16 días aprox.
Dentro de las muestras de sangre tenemos varios resultados que llaman la atención. En primer lugar todos los competidores perdieron peso, en promedio 1 kg de masa corporal por deshidratación, normalizándose al segundo día. En otras muestras, tenemos el hematocrito (% de nuestra sangre que son glóbulos rojos) que disminuyó en promedio de 44.3% a 39.8%, normalizándose luego de 5 días, fenómeno explicado por la dilución de la sangre por un aumento leve del volumen total del plasma (fenómeno visto también en carreras de 160km, 24horas o carreras de ciclismo de larga distancia).
Dentro de los marcadores de daño muscular, destaca un aumento importante de la CK (Creatin Quinasa, molécula eliminada del músculo por inflamación y destrucción de este) de 124 basal hasta 15.775 en algunos individuos (cerca del rango de 20.000 para rabdomiolisis, enfermedad causada por acumulación de creatin quinasa y mioglobina en los riñones, llevando a falla renal aguda), normalizándose al noveno día de recuperación. Lo mismo sucede con la Mioglobina (de 28 promedio a 1.730 y luego a valores normales). La PCR (proteína C reactiva, usada para medir niveles de inflamación general en el cuerpo) se elevó desde el 1.0 basal hasta un 46.8 promedio, valor equivalente a un proceso inflamatorio general importante. Lo que llama la atención de estos valores es la rápida recuperación que presentan, que son asintomáticos y que son significativamente menores a los valores detectados en otras competencias de larga distancia, siendo la gran diferencia con ellas la superficie y temperatura (superficies rígidas, velocidades rápidas y calor extremo aumentan considerablemente el daño e inflamación corporal).
El último punto en medición fue la fatiga, destacando una disminución significativa en la contracción muscular voluntaria para los cuádriceps y los gemelos (-19% y -6% respectivamente del valor normal). Lo que llama la atención es que los corredores, en una evaluación subjetiva, referían mayor pérdida de la fuerza en los gemelos que los cuádriceps. Se ha demostrado que los gemelos tienen más uso en terrenos planos, pero en terreno montañoso es completamente variable, dependiendo más de la velocidad. Ahora, la gran mayoría de las subidas en esta carrera se realizan caminando, lo que disminuye considerablemente la fatiga sobre los gemelos y lo traspasa al extensor de la cadera. También existe un componente de la fatiga de origen central. Esta se produce tanto por cambios bioquímicos sobre el sistema nervioso central; pero también tendría influencia los cambios en las vías nerviosas por las moléculas inflamatorias que están circulando. Por lo tanto la fatiga que uno siente es tanto porque el músculo no puede más y porque los nervios ya no envían tan bien las señales.
Con este estudio quedaba relativamente claro el panorama: correr distancias tan largas no es bueno para la salud; y al parecer mientras más lejos se corra, peor. Pero la conclusión no podía estar más errada.
Al año siguiente (2011), se realizó un estudio similar por los mismos investigadores, en una carrera aún más larga: 330kms, 24.000 metros de desnivel positivo, 20 pasos montañosos de más de 2.000 metros; la carrera de trail Running más dura de una sola etapa, con 150horas parar terminarla: Tor de Geants.
25 voluntarios participaron en el estudio, de los cuales 15 terminaron el circuito (60%). Tiempo promedio de finalización fue de 122 horas (+/- 17). Comparando resultados con el estudio anterior (teniendo en cuenta que las características físicas de los competidores eran similares) llegaron a conclusiones bastante llamativas: en primer lugar se observó que la fatiga neuromuscular era significativamente menor en los cuádriceps (-24% en Tor de Geants vs -32% en UTMB) y en los gemelos (-26% vs -38%). Lo que llama la atención es que en una carrera de casi el doble de distancia la fatiga neuromuscular era menor. Teniendo en cuenta estudios anteriores de distancias mucho menores se había observado que la fuerza muscular disminuye progresivamente con la distancia, lo que este estudio mostró (al tener mediciones de fuerza muscular antes, durante y después de la carrera) fue que esa pérdida progresiva alcanza un plano o “plateau” eventualmente, en el que deja de perder fuerza pese a seguir en movimiento. Pero aún con este descubrimiento, no se explicaba cómo tenían valores casi 3 veces menores de pérdida de fuerza a la misma distancia (168kms: al finalizar UTMB y en la mitad de Tor de Geants), por ejemplo los cuádriceps habían disminuido solo 13% en Tor de Geants, mientras que en la misma distancia de UTMB había disminuido un 32%.
La clave, para los investigadores, está en el ritmo de carrera. En distancias tan largas se baja el ritmo considerablemente para evitar el cese prematuro del ejercicio. Por ejemplo, la gran mayoría de los competidores caminan gran parte de la segunda mitad de la carrera, con una velocidad promedio 37% más lenta que los corredores de la UTMB, lo que se traduce en menos estrés mecánico. Esto sumado a que en esta carrera sí se realizan pausas para dormir (a decisión del corredor) lograría una protección sobre la contracción muscular. Teniendo en cuenta lo anterior, el daño e inflamación también sería menor que en carreras más cortas. Comparando valores de Creatin Quinasa, tenemos un valor promedio de 3700 post 330kms, significativamente menor que el valor de 13600 post 168kms. Lo mismo sucedió con la Mioglobina y PCR (13.1 en Tor de Geants vs 46.8 de UTMB).
En conclusión, el nivel de daño y fatiga observados en carreras de muy larga distancia no es lineal con la distancia ni duración, sino que dependen de diversos factores que logran producir cierto nivel de protección muscular para un aguante indefinido.
Ya terminado el UTMB, quedará pendiente comparar después con Paula Cancino y Canuto Errazuriz todo lo que se ha escrito…
Fuentes bibliográficas
- Ultra Trail du Mont Blanc. Página oficial: http://www.ultratrailmb.com/page/20/UTMB%C2%AE.html
- Neuromuscular consequences of an extreme mountain ultra-marathon; G. Millet et all. Plos one, Feb 2011, Vol 6. Issue 2.
- Alterations of neuromuscular function after the world’s most challenging mountain ultra-marathon; G. Millet et all. Plos one, Junio 2013, Vol 8. Issue 6.
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