Al principio solo iba al gimnasio unas cuantas veces a la semana, luego participe en carreras de calle. Partí corriendo 10k, luego 21k y continué con 42k. Las sensaciones y emociones que experimentaba en cada una de ellas eran de otro mundo. El ambiente que se generaba me llenaba de ánimo, optimismo, alegría y energía. Me hacía dejar de lado mis problemas y enfocarme solo en pasarlo bien. La ansiedad de comenzar la carrera se incrementaba al mismo tiempo que aumentaba la cantidad de kilómetros, al igual que la gratificación de llegar a la meta. Todo era espectacular, pero después encontraría algo mejor…
Había escuchado hablar sobre las carreras de montaña y decidí aventurarme en ellas. Como siempre, estaba nerviosa por cumplir con ese nuevo reto.
Mi primera carrera fue una experiencia completamente nueva y adictiva al instante, ¿Cómo describirlo? Correr en cerro es una explosión de muchos sentimientos, te lleva al límite en todos los aspectos posibles. Se crea una conexión no solo con uno mismo, sino que también con la naturaleza. Cada paso que uno da es una experiencia, es tener tus 5 sentidos alerta. Ver como cambia el paisaje mientras uno avanza, llegando a tener vistas panorámicas del lugar donde estas creando un espectáculo maravilloso ante tus ojos. Oler los aromas que te entrega la naturaleza. Escuchar tus zancadas, tu respiración acelerada acompañada por los latidos de tu corazón que ya no puede latir más rápido porque va a tope. Sentir como se contraen tus músculos, su ardor por toda la fuerza que están ejerciendo, el dolor que se siente cuando uno se cae por desconcentrarse un segundo y el sabor que adquiere la comida cuando uno la consume, intentando captar todos los sabores. Transportándote de la ciudad ruidosa y escandalosa a la tranquilidad acogedora que la naturaleza nos ofrece, asombrándome constantemente con los diferentes paisajes y colores que el cerro va adoptando en el transcurso del año mientras van cambiando las estaciones. Senderos con nieve, barro, senderos húmedos o llenos tierra suelta, es impredecible saber cómo va a estar el camino y la incertidumbre me encanta, yo solo me preparo ante cualquier evento y dejo que la naturaleza nunca me deje de maravillar.
Correr en el cerro ya no es un asunto de buen estado físico, también hay que estar preparado mentalmente para que tu cabeza grite ¡Yo puedo! Mientras que tus piernas quieren parar. Para que no te desanime ver una pendiente de 90° cuando ya no puedes más y que te ayude a correr esos pocos kilómetros que te faltan para llegar a la meta cuando solo piensas en estar ante ella.
Así fue como seguí sumando kilómetros en el cerro, llegando a correr 50k y 70k, ya que solo en este tipo de carreras se ven distancias de más de 42k. Quizás la distancia seguía aumentando, no así el cansancio físico, puesto que este deporte me ha llevado a conocer lugares que nunca pensé ver con mis propios ojos y nunca imagine que mis piernas serían el medio de transporte para ello, además no es necesario viajar kilómetros para disfrutar de este deporte, ya que en Santiago hay varios cerros hermosos los cuales hay mucha gente que aún no conoce, de hecho, a mí todavía me faltan algunos por recorrer.
Lo mejor de todo es que todas estas experiencias no las vivo sola, hay un gran número de personas que goza al igual que yo del trail running y que las veo constantemente en todas las carreras. Personas maravillosas que se alegran siempre de mis triunfos o mejoras y me alientan en los momentos de decepciones. Se crea una gran camaradería que no se genera en cualquier lugar, va más allá de las carreras, mucho más allá que competir… es compartir una pasión.
Así es pilar, m identifico al 100% en tus palabras, somos corredores cuya cuna estuvo en el asfalto, y sigue estándolo yo seguiré corriendo maratones hasta cuando pueda, pero qe buscando nuevos desafíos y sensaciones nos fuimos a un encuentro más personal en el cerro, con uno mismo y con el entorno, así mismo agradezco conocer a las grandes personas que están en este mundo y que lo mueven, te motivan y los motivas, hay una sinergía perfecta en el trail entre tu, la naturaleza y los demás.
Hola Pili, me gustó tu artículo, tengo sensaciones muy parecidas a las tuyas mientra corro, he corrido en la ciudad 10, 21 y 42k. Sin embargo, en el cerro, a pesar de haber corrido en varios de ellos (con zapatillas no adecuadas) no he ido a carreras de trail.
Quiero iniciarme y correr trail de forma más seria. Ahora próximo quiero correr a fines de Abril en los 21k de Farellones “Kilometro Zero”, quisiera saber tus recomendaciones: 1. Estoy entre 2 zapatillas Salomon y La Sportiva, qué me recomiendas, 2. Cómo puedo entrenar, cómo lo hace tu team.
Saludos!