Desde que inicié mi viaje por Europa mi sueño fue correr en los fells en el Reino Unido. Y es que así le llaman a los cerros y colinas en el Bretaña. La primera parada fue el Parque Nacional Cairngorms (dígalo así: Kern gorms), el parque nacional más grande del Reino Unido ubicado en el lado este de las tierras altas de Escocia. Un lugar más amigable que el lado oeste, que es lo que comúnmente conocemos por Highlands, donde vemos escenas más dramáticas de un escenario parecido a los fiordos y donde los cerros, lagos y ríos fueron tallados por antiguos glaciares. En esta época las lluvias son intensas en el lado oeste y los vientos pueden superar los 100km por hora con facilidad. Todo esto no lo muestran las adorables fotografías de rocosas colinas cubiertas de una amigable y esponjosa hierba cubiertas de cielos azules y gigantes nubes. El lado este es más amigable porque tienes bosques y verdes colinas; la lluvia es contenida en gran parte en la zona oeste, pero eso no quita que esta parte pueda comportarse como un infierno-helado. Por sobre la copa de los árboles el escenario es similar al lado oeste, el terreno es menos rocoso pero aun así no deja indiferente a nadie.

Básicamente, el fell running o hill running, como se conoce en Escocia (no hay diferencia), consiste en subir y bajar uno o varios cerros (cairns en Gaelic) y si son más de uno la idea es unirlos por los filos o su linea más directa. No hay marcajes durante el sendero, solo en los cruces y en la cumbre hay una persona que está arriba cuidando que todos pasen por la cima. La bajada es libre porque básicamente el viento no te deja bajar por el sendero o porque lo único que quieres es llegar rápido a la meta sin chocar con los corredores que van subiendo. Muchas veces el terreno está lleno de barro, agua o piedras y la manera más amigable de bajar rápido es hacerlo sobre la hierba. En fin, es así de simple.

Bien, sábado por la mañana y comía un porridge (uff, cuanto lo extrañaba) y recordé que había visto unas carreras en Escocia pero no sabía donde eran, así que busqué en el calendario (http://highlandhillrunners.org.uk/club-races) y encontré una carrera a 11km (aprox) de donde estaba quedándome en Boat of Garten, un pequeño poblado de unas 700(?) personas; tenía 2 horas para llegar al Badaguish Outdoor Centre. Un poco de Google Maps para trazar la ruta y a correr.

La primera mitad del camino fue por un camino para autos, angosto y rodeado de bosques y campos, completamente verdes, con una ligera lluvia y rachas de viento que eras detenidas por los arboles. Llego al cruce de camino y entro a un camino privado. Nota al margen: aquí puedes entrar a cualquier terreno con tal que no dañes la propiedad y dejes las puertas tal cual las encontraste.

Entro al camino privado y a mis lados encuentro verdes praderas pobladas por unas cuantas ovejas. El camino seguía por una gentil subida y más bosques hasta llegar a la parte alta donde se podía ver parte del valle del Parque Nacional Cairngorms.

Llego al Outdoor Centre justo a tiempo para registrarme, pago y tomo mi numero, 71. El ambiente era muy sencillo, todos listos para comenzar a correr. Como la carrera la organizaba un club, todos se conocían y conversaban sobre el cambio de circuito. Inicialmente eran 13km, desde el Badaguish Outdoor Centre a la cima del Meall a´ Buachaille luego volver hasta un portezuelo para tomar el filo en dirección a segunda cumbre y luego bajar al Outdoor Centre pero debido a los fuertes viento que había sería imposible cruzar por el filo (el viento no nos dejaría) y cambiaron la ruta por un ida y vuelta a la primera cumbre y otra ida y vuelta a la segunda, quedando en un total de 16 km app. En fin, chequeo de equipamiento obligatorio, chequeo de corredores en la partida y ya estábamos listos para correr. Dan la partida y 5 min/km era la velocidad del más lento del grupo, ni hablar de los punteros que a los pocos metros ya iban sacando distancia.

El circuito avanzaba por una gentil subida en un camino vehícular de ripio, hasta alcanzar la entrada a los senderos que nos llevarían a la cima de Meall a’Buachaille. Cruzamos una pequeña quebrada y entramos al sendero, a medida que subíamos por el sendero, los árboles desaparecían y daban espacio al viento y las bajas temperaturas. El viento era tan fuerte que hacía imposible correr erguido y la único forma de correr era inclinado hacia un lado. Ni hablar de respirar, porque la fuerza del viento no dejaba hacerlo. Escocia se ve amable y dramático en las fotos pero detrás de eso, el viento, la lluvia y las bajas temperaturas son el plato principal. Afortunadamente hasta aquí solo teníamos viento y temperaturas bajas.

A medida que subo, los corredores de punta comienzan a bajar, con la misma facilidad y soltura que lo hace una cabra de cerro, sin importar donde cae el pie y sin seguir una línea marcada por la organización, tan solo llegando al camino que te lleva a la otra cumbre. Es llegar a la cumbre y partir a la siguiente, por la ruta más rápida posible. Todo se trata de navegar y orientarse en la montaña.

Toco la cumbre, y comienzo a bajar. No puedo respirar bien debido a la fuerza del viento, sigo bajando y  llego a la altura de los árboles donde la temperatura es más cálida y donde ya no hay viento, corro junto a una señora por el camino de ripio y ahora vamos a la siguiente cumbre. Lamentablemente no pudimos unir las cumbres por los filos debido a los fuertes vientos. Para otra vez será.

Comenzamos la segunda subida y aquí está la otra cara no amable del suelo Escocés, turba y barro durante los próximos metros y más arriba viento, más fuerte que en la primera cumbre. Aquí la cosa se pone seria. Nuevamente los punteros comienzan a bajar, llego a un falso plano, una pequeña bajada mientras intento avanzar con el viento golpeando mi costado derecho y luego subo unos pocos metros por unas rocas y toco la cumbre. Aquí me quedo por unos segundos tomando fotos mientras la persona que estaba de control en la cumbre algo me dice pero no entiendo por el viento. Comienzo a bajar nuevamente y ahora el viento golpea mi costado izquierdo y veo la belleza del paisaje a mi alrededor. Hectáreas y hectáreas de verdes campos, lagos y ríos.

Llego abajo y ya solo quedan unos metros para llegar a la meta, después de todo el barro y agua que había en el último tramo, lo único que quería era llegar.

Luego de pasar por un baño para cambiar y bañarse, era hora de la premiación. Entramos a una especie de casino y nos tenían una hamburguesa de ciervo y un té pero además podías comprar sopa y papas fritas. Pregunto si esto era común en estas carreras y me dicen que no, “con suerte nos reciben en la maleta de un auto” para hacer la inscripción. Aquí es todo más sencillo, sin grandes parafernalias. La carrera se hace porque hay gente que quiere correr con más personas en un mismo lugar. Premian al primero de los hombres y mujeres y otras categorías importantes. Todos reciben un cerveza como premio.

 
 
 

En el último capítulo de Salomon Running, Rickey Gates viaja al Reino Unido para vivir el Fell Running y el Hill Running, además de conocer a las leyendas de este deporte.

Revisen el video a continuación.

Muchísimas gracias a The North Face Chile y IceBreaker Chile, quienes me entregaron equipamiento para correr esta carrera.