Enzo Ferrari lleva un tiempo en Nueva Zelanda y hace unas semanas corrió Bedrock 50. Aquí su relato con un excelente resultado.
Traducción: Enzo Ferrari Texto original: Enzo Ferrari /BCR Edición: Matías Bull
Según mi calendario y planificación, Bedrock 2014 iba a ser mi última carrera y larga distancia antes de correr por segunda vez Tarawera 100k. En esta ocasión, me sentía bastante confiado de poder realizar un buen desempeño, con prácticamente un año de entrenamiento sin parar desde la versión 2013, donde sufrí y termine con mucho esfuerzo en más de 6.30 horas.
Este año fue todo diferente, ya no estaba nervioso de no poder terminar, ahora lo que buscaba era hacer la carrera en el menor tiempo posible y lo más cerca de Vajin (mi entrenador). El año pasado fue un año de cambios rotundos en mi forma de entrenar, deje de ser un corredor de aventura y comencé mi transformación al Ultra Trail Running, que en definitiva es lo que me apasiona.
Comenzamos la carrera a las 8.30 am, inmediatamente Vajin tomó la punta y el ritmo de carrera, yo me quedé en el segundo lugar tratando de terminar mi calentamiento y buscando el ritmo apropiado, al cabo de unos 15 minutos cuando ya estábamos en pleno bosque, el 3 corredor me encontró y pasó a una gran velocidad, yo solo pensé (amigo mío tienes 45km por delante con una hermosa montaña al finalizar, no deberías hacer eso). Así seguimos paseando por el cerro, siguiendo el sendero y la curva de nivel, atravesando pequeños ríos o caídas de agua, el día estaba maravilloso, el viento era tan fuerte que a veces me quede sin respiración, los árboles impedían que los rayos del sol tocaran nuestra piel y así, durante la etapa inicial me mantuve fresco e hidratado, corriendo a un ritmo muy cómodo y prácticamente sin gastar mi energía. Fue así como llegué al valle donde atravesamos por primera vez un rio más grande donde el agua sobrepasaba los pies, lo que me refrescó y permitió poner algo de ella en mi botella también, yo sabía que el km 25 estaba cerca y con ello el primer puesto de hidratación, tranquilidad absoluta.
Antes de llegar al 25k corriendo a un ritmo muy bueno y firme pasaron por mi lado el 4 y 5 lugar, pasaron tan rápido que no tuve intenciones de seguirles, mi ritmo era perfecto según mis sensaciones. A las 2.30 horas de competencia, me encontré en el km25, corriendo muy relajado y en 5 lugar, pero ya era hora de comenzar a acortar distancias, mantuve mi hidratación de manera muy seguida, ya que el calor estaba comenzando a ser intenso, para ello utilice prácticamente todas las fuentes naturales de agua que me iba encontrando por el camino, cambiando el agua de mi botella o mojando mi cabeza, lo que me permitió pensar de manera óptima al momento de tomar decisiones, como la de atacar al comenzar ese largo y caliente camino de gravilla aproximadamente en el km 30, subí mi ritmo a 4km cada 1000mts, me sentía firme, fuerte, seguro y mi respiración siempre bajo control, lo que me permitió acortar distancias con el corredor que estaba en 4 lugar. “Good on you mate” fue su frase al momento en que pase sin bajar mi ritmo por su lado, mi objetivo era dar lo mejor de mí y eso no me dejaba detenerme, luego de unos minutos, ya al llegar al siguiente puesto de abastecimiento km 37, me encontré con el 2 y 3 lugar, estaban ahí a segundos de diferencia entre cada uno y a pocos minutos de mí, llené mi botella (debido a que no tendría más fuentes naturales) comí 3 pedazos de sandía y 2 mini vasos de coca – cola y me fui a la ascensión final.
Estaba a 2.30 o quizás 3 minutos del 2 lugar, me apure en alcanzar al 3 corredor, quien lucía bastante bien, solo corriendo despacio debido a lo extenuante del calor y al buen ritmo que había hecho hasta ahí, creo que sus piernas estaban un poco fatigadas.
La montaña final estaba comenzando y con eso yo sabía que eran solo 10k hasta la meta, sin darme cuenta, el corredor de 2 lugar estaba a no más de 30 mts, el terreno comenzaba a subir gradualmente y mis piernas a sentir la emoción de recuperar mi segundo lugar, mi corazón latía más fuerte, la adrenalina en mi cuerpo no dejó pasar mucho tiempo y de pronto me vi atrás de él y no con ganas de descansar, mi objetivo seguía en mente, dar lo mejor de mí, sutilmente pasé por su lado diciendo, “Come on my friend there’s nothing left!” (Vamos amigo, que no queda nada!). Ya en segundo lugar, y a muy buen ritmo en subida, el calor no me importaba, sabía que estaba haciendo un buen trabajo, que después de esto, mi desempeño en Tarawera sería muy bueno, solo debía mantenerme ahí y disfrutar del viento, los sonidos y la energía del sol.
Seguía el ascenso a veces caminando, pero tratando siempre de mantener un ritmo de trote, mi agua disminuía pero al mismo tiempo mis ganas de cruzar esa meta con un buen sprint iban aumentando, mientras subía recordaba lo mal preparado que estaba el año pasado, recordaba todas las veces que me detuve a estirar mis músculos o simplemente a descansar, me reía cada vez que reconocí esos lugares a lo largo de esta montaña. Cuando llegue a la cumbre (con un tercio de agua en mi botella) encontré personas cabalgando, una de ellas me dijo “Go!!!”. Yo estaba tan feliz corriendo y disfrutando absolutamente todo que le respondí: Esto es lo que amo! y ella soltó una carcajada….
Comenzamos el descenso, yo sabía que la meta estaba a minutos, fue la primera vez en mi vida que corrí una carrera por segunda ocasión, tome toda el agua que me quedaba, y me prepare para bajar lo más rápido que mis piernas aguanten, 100% concentración y utilizando toda la técnica que he aprendido en mis años de atleta.
Absolutamente nadie podría quitarme ese 2 lugar, mi seguridad aumento cuando recordé que el año pasado hice mi última parada comenzando ese descenso, y este año parar no era opción, estaba cumpliendo un sueño, mi reloj apenas se acercaba a las 5 horas y mi cabeza ya estaba en los 100k de 3 semanas más.
Apenas vi la línea de meta apure aún más mi ritmo y claramente hice mi sprint final, terminando la carrera con 5.03 horas, (una hora y media menos que el año pasado) lo que me deja feliz. Entrenamiento y dedicación son el único camino y agradezco y felicito a mi amigo, “la maquina” Vajin, quien rompió el récord de Bedrock 50k con 4.33 horas.
[Nota del editor: Puedes encontrar el relato original en idioma inglés en http://backcountryrunner.co.nz/2014/03/06/enzo-ferrari-bedrock50-race-report/ ]
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